Periódicamente, en el mundo de la tecnología aparecen nuevos términos y buzzwords. Muchos están vacíos de contenido; otros están condenados a la obsolescencia en un determinado periodo de tiempo, generalmente corto; algunos son absorbidos y pasan a formar parte del argot normal… Y solo una minoría trascienden su significado original y acaban implicando una auténtica revolución.
DevOps es uno de estos casos. La palabra en sí es suficientemente atrevida, casi un oxímoron, ya que une dos mundos tradicionalmente separados y enfrentados: hasta ahora, o eras programador, o eras administrador de sistemas.
DEVELOPMENT VS SYSOPS
Sin embargo, esta separación no tiene ningún sentido para los usuarios y clientes de un sistema informático. A ellos no les importa si el código está comentado o si la base de datos está “tuneada”, ese no es su trabajo. Al cliente le interesa que el servicio recibido por medio de dicho sistema sea el que él desea y necesita, al precio que está dispuesto a pagar y, muy importante, en un plazo de tiempo que cada vez es más corto.
Es para satisfacer esta necesidad que aparecen metodologías como Agile y DevOps, inicialmente vinculadas al desarrollo, pero con cada vez más aplicación en la gestión de infraestructuras. Se basan en el cambio rápido, la automatización, la evaluación de resultados y la mejora incremental por medio de iteración.
DevOps está basado en la comunicación, la automatización, la integración y el análisis, a fin de maximizar el valor que es capaz de entregar la tecnología."
Automatizamos la subida de código, automatizamos la validación de dicho código, automatizamos su vuelta atrás, automatizamos la creación de servidores, automatizamos su configuración, automatizamos su destrucción… Así, encadenando procesos automáticos, podemos llevar a cabo tareas complejas que involucran tanto al código como a la infraestructura. Mediante disparadores que ejecuten procesos automáticos cuando se producen unas determinadas circunstancias, nuestra infraestructura puede crecer y menguar, respondiendo a las necesidades del momento.
EL NUEVO CAMINO
Para conseguir estos resultados, tenemos que olvidar las antiguas fronteras entre software e infraestructura. DevOps se basa en la comunicación, la integración, la automatización y el análisis, a fin de maximizar la entrega de valor por parte de la tecnología. Estas características no solo implican cambios en la organización del trabajo, sino que requieren de un cambio en la filosofía. No sólo debemos ser capaces de implementar rápidamente los cambios, también debemos ser capaces de medir y analizar el impacto de dichos cambios con igual velocidad.
Éste es el camino hacia DevOps que hemos iniciado en Claranet: con reuniones e intercambio de ideas entre países, invirtiendo en la formación de nuestros equipos, implantando herramientas ágiles de gestión de proyectos, actualizando y preparando las herramientas de automatización disponibles, evaluando y preparando la implantación de herramientas de análisis... Y lo que es también muy importante, generando discusiones y debates internos sobre los cambios que afrontamos.
Estamos en camino y esperamos que, además de aprovechar las mejoras que encontraremos al final, disfrutemos todos de este apasionante viaje.
DevOps implica una actitud, tiempos
y soporte completamente nuevos.”
Fuente: Introducción a DevOps
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