¿Cómo afrontar un proyecto de migración a la nube? Una de las ventajas de la infraestructura cloud es que permite combinar servicios para que encajen con las necesidades de vuestro negocio y vuestros clientes. En la industria del cloud se utiliza la fórmula de ‘las 6 Rs’ para identificar distintas estrategias de migración a aplicar en función de las características de vuestro proyecto.
1. Rehost
Es el modelo de migración a la nube más sencillo, pero también el que tiene más probabilidades de causar problemas, incrementar los costes y alienar los stakeholders clave. El rehosting (o también llamado “lift and shift”), consiste simplemente en replicar un sistema existente en una infraestructura cloud.
Este enfoque tiene la ventaja de ser rápido y fácil, pero también que las ineficiencias y fallos se migrarán igualmente a la nube. Muchas de las experiencias negativas en proyectos de migración a la nube reportadas proceden de empresas que eligieron este modelo de migración sin evaluar plenamente el impacto que supondría.
2. Re-platform
El re-platforming es un modelo que implica cierto grado de análisis de negocio para identificar aquellos procesos y servicios que puedan ser eliminados de vuestras operaciones. Si no se dispone de un equipo con experiencia en este tipo de proyecto, es recomendable acudir a partners expertos que, además, nos ayudarán a aprovechar al máximo las ventajas de las tecnologías que no se dominan.
Cambiar a servicios gestionados facilita una migración a la nube relativamente rápida sin necesidad de rediseñar la arquitectura de la aplicación/workload. Por eso, a esta “R” a veces se le llama “Lift and Tweak”.
3. Re-purchase
Como sugiere el nombre, se trata simplemente de recomprar la versión SaaS de una aplicación que ya usáis. ¿Microsoft Exchange? Cambiad a Office 365 y obtendréis la funcionalidad Exchange incluida. ¿Microsoft Dynamics ERP? Cambiad a Dynamics 365.
Inicialmente, es probable que la dirección financiera no esté muy dispuesta a comprar algo que ya tenéis, pero hay buenas razones para convencerla de que es lo mejor. En primer lugar, el SaaS normalmente se licencia por usuario al mes, por lo que pasáis del modelo de gasto CapEx al modelo OpEx y nunca pagaréis por lo que no uséis. En segundo lugar, las aplicaciones on-site son una fuente de gasto en recursos internos, pero si pasáis al SaaS la responsabilidad del hosting y mantenimiento de la aplicación recae sobre el proveedor. En otras palabras, podéis generar un ahorro considerable prescindiendo de los gastos en gestión de infraestructura.
4. Refactor
El enfoque más avanzado, pero más costoso, a la hora de migrar es el refactoring, que implica rearquitecturizar aplicaciones y procesos para aprovechar las tecnologías cloud. En lugar de crear un servidor virtual para hospedar la aplicación, la contenerizas y/o la conectas a servicios cloud nativos.
Sí, tenéis que volver a desarrollar la aplicación (a veces desde cero), pero este enfoque os asegura minimizar el uso de recursos cloud, aportando un mayor control sobre la facturación. También os permite escalar mejor los servicios de aplicación y soporte, así como los data sets, sin gastos procedentes de gestionar una granja de servidores virtualizados.
5. Retain
En algunos casos, no hay razón convincente alguna para migrar un sistema a la nube. Esto puede pasar por las condiciones de licenciamiento existentes (como claves de licencia de hardware) o la incompatibilidad general con las plataformas cloud.
En estos casos, se conserva la aplicación tal como está. No significa que vuestra estrategia de migración sea un fracaso, sino entender que no todo encaja en la nube. Siempre hay alguna mejora o ahorro que hacer en otros planos.
6. Retire
Quizás uno de los aspectos más satisfactorios de las migraciones al cloud. Con este modelo finalmente apagáis algunos de los sistemas que han ido drenando el presupuesto y los recursos porque ya no se necesitan.
Los sistemas recomprados son los candidatos por excelencia a ser retirados. Básicamente, cualquier cosa que ya no se usa puede ser apagada y desechada.
Conclusiones
Con toda probabilidad, vuestra empresa necesitará usar una combinación de estos enfoques para empezar el proceso de migración a la nube. El modelo de rehosting de infraestructura os pondrá manos a la obra, pero a la larga no aportará ahorro de costes ni eficiencia. Con el de refactoring deberéis hacer una inversión considerable, que seguramente sea más conveniente distribuir a lo largo de los años de acuerdo con la financiación disponible.
Lo que nos lleva de nuevo a la importancia de entender vuestras TI actuales y cómo las usáis. Solo entonces seréis capaces de definir adecuadamente la mejor manera de migrar cada aplicación y servicio para lograr el máximo efecto posible – o si migrar siquiera es la mejor opción.
Ideas clave:
- El rehosting es la opción “deprisa y corriendo”. Este enfoque solo es adecuado en casos muy concretos.
- El re-platforming te permite reducir la infraestructura y empezar la transición hacia un modelo financiero OpEx.
- En algunos casos, el re-purchasing de versiones cloud de sistemas que ya usáis tiene todo el sentido de negocio, a pesar de que inicialmente pueda tener la oposición de la dirección financiera.
- El refactoring de aplicaciones resulta caro inicialmente, pero su rediseño conllevará beneficios significativos a largo plazo.
- A veces tenéis que conservar sistemas legacy y, en realidad, puede que sea lo mejor.
- La finalidad última de la reingeniería cloud es la de retirar sistemas y aplicaciones innecesarios. Mantened vuestro foco en lograrlo.
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