Las ventajas y los límites del cloud computing
Hace escasas semanas Microsoft presentó Office 365, una aplicación que sube a la nube su popular software y que comercializará en cuarenta países. Llevamos cerca de un lustro hablando del cloud computing o nube computacional. Un nuevo paradigma en las tecnologías de la información, para algunos, pero que no es nuevo. La mayoría de nosotros llevamos utilizándolo a diario durante mucho tiempo. Gmail, Flickr, GoogleDocs, Firewall, Dropbox, son solo algunos ejemplo de una gran multitud de aplicaciones y servicios que residen en la nube, algo que no es una innovación tecnológica sino una evolución natural de Internet.
Ahora bien cuáles son las ventajas y límites –que no inconvenientes- de esta nube. Empecemos por estos últimos. Tal vez el más importante sea el concepto de “seguridad percibida” o cómo empresas y particulares todavía recelan sobre dónde, en qué condiciones, y en manos de quién se aloja su información relevante. Otro límite al cloud es la posibilidad de que este no sea la solución requerida por dicho particular u organización por su actividad, sector o tamaño. La solución para una gestión eficiente de la información no tiene porqué pasar por la nube. A veces hay límites técnicos. No sirve cualquier conectividad y a veces es complicado para los equipos TI de las empresas “migrar” a la red, por ello es importante contar con Proveedores de Servicios Gestionados especializados en conectividad y cloud.
Sin embargo las ventajas son mayores. En tres aspectos. Uno relacionado con la reducción de costes. En la mayoría de los casos no existe inversión en capital fijo y los costes son menores. Además, si nos referimos a empresas, contratos y opciones de pago pueden ser menos restrictivos si hablamos de pago por uso. Algo muy a tener en cuenta en el contexto actual.
Más ventajas tienen que ver con la rapidez en su implementación y la flexibilidad. El usuario puede acceder a los servicios cloud desde cualquier ubicación y sin restricciones de horario. Además el cloud permite a las empresas escalar recursos según demanda y reducir tareas de mantenimiento de la infraestructura TI, lo que permite al personal técnico de las empresas, centrarse en otras estrategias de más nivel propiamente de su negocio.
Por último y pese a los temores de “seguridad percibida” el cloud es más fiable y seguro. Sus servicios acostumbran a estar implementados sobre potentes plataformas de computación y su tecnología asegura que en el caso de fallo de un servidor físico, el servidor virtual no se vea afectado gracias a las prestaciones de alta disponibilidad de la plataforma. Lo que hace que las empresas no deban doblar su inversión en servidores para limitar puntos únicos de fallo.
Por tanto el cloud computing es una propuesta mucho más eficiente y sostenible que la actual y está provocando un cambio de mentalidad importante. Cada vez son más empresas que confían en esta opción.